He aquí el análisis de los tres tiempos que integran la sonata, sobre las bases de tónica-superdominante-tónica.
I. GRAVE ALLEGRO DI MOLTO E CON BRIO
La estructura del primer tiempo en cuyo espíritu se advierte alguna analogía con el primero del cuarteto Op. 18, N.° 4, en do menor, ofrece una novedad interesante. En las antiguas composiciones del tipo de sonata era muy frecuente escribir una introducción lenta al primer alegro. Luego se ha hecho así algunas veces por los maestros modernos, y Beethoven la escribió igualmente en otras sonatas de piano y en varios cuartetos y sinfonías. Esta introducción de la Patética es un digno antecedente de la presentada por la última sonata Op. 111, asimismo en do menor. Pero la interesante novedad de esta introducción del Op. 13 consiste en que ya no se trata, como se ha dicho, del «pórtico» amplio y solemne que abre la página, sino de un fragmento que se entremezcla con el allegro, reapareciendo en su cuerpo mismo y fundiendo en él su contenido temático.
El carácter de este grave es eminentemente patético y trágico, lleno de pasión contenida, profunda, sombría y doliente. En compasillo muy lento (medido en 8/8, a un 66 de corchea), de un fuerte acorde perfecto de tónica se desprende, piano, el tema inicial procedente de esa célula a que hicimos referencia. Sus fragmentos periódicos, entrecortados, son precedidos en el segundo y tercer compás por un vigoroso y brusco salto de octava en el bajo, sobre cuya nota superior caen, pesadamente, acordes de 7a. disminuída. El tema concluye modulando, con un rápido rasgo sobre cadencia perfecta, al tono relativo mayor. Sobre acordes repetidos (semicorcheas), la mano derecha reproduce en octavas el diseño inicial, que de mi bemol oscila hacia re mayor y cuyas suplicantes reapariciones son brutalmente respondidas por fortísimos y fieros acordes, siempre sobre el rudo y característico ritmo determinado por los puntillos. En la cuarta y quinta entrada del dibujo melódico se estrecha y modifica, ascendiendo cromáticamente como una aspiración quejumbrosa. Ligeros: floreos en la región aguda, que semejan estremecimientos de la fragmentada melodía conducen (tras la 4a. y 6a. de do menor) a una rapidísima escala cromática descendente, que se precipita sobre la séptima dominante, para concluir con un doble salto melódico de 7a. disminuída (calderón) y enlazarse por la sensible al allegro.
Empieza el tiempo rápido (binario, 144, blanca), también ea la tónica, con un tema impetuoso y rudo, armónico y rítmico, que asciende en dobles notas sobre un trémolo pedal, medido en figuración de corcheas. La síncopa de blanca que se produce al repetirse más agudo el diseño, y el fugaz cambio de modalidad determinado por las dos sextas consecutivas, aumentan la rudeza y violencia del motivo. Sobre el mismo tema se desarrolla el episodio de transición, dirigiéndose hacia la dominante. Entonces se desprenden enérgicoss arpegios descendentes, como ráfagas de pasión (agitato, escribe Bülow), respondidas por el rumor profundo del trémolo. La armonía marcha de la dominante hacia el sexto grado, para modular a si bemol, dominante del relativo mayor, en el que parece fuera a presentarse el segundo tema. Pero al modular a mi bemol menor la persistencia del color oscuro, ensombrece más aún la tonalidad, principiando también en menor el segundo tema, el cual es muy extenso, y consta de tres secciones. La primera contiene su inflexión armónica en la región media, batida en negras (terceras) sobre el si bemol pedal.