Este artículo es la segunda parte de un artículo sobre la inarmonía en el piano. Antes de leer este artículo, deberías leer el que le precede en este enlace.
En la parte primera de esta serie de artículos sobre el piano como instrumento inarmónico, habíamos expresado que al ser tocada una nota del piano y siendo puestas a vibrar sus cuerdas, estas se comportaban emitiendo toda una gama de frecuencias individuales, distintas y simultáneas.
En teoría (y en la mayoría de los instrumentos musicales), estas frecuencias son multiplos exactos de la frecuencia más baja encontrada en ellas. De tal manera que si una nota produce su frecuencia más baja (primer parcial o fundamental) a 440 Hz, como es el caso del La central del piano, su segundo parcial tendrá una frecuencia del doble exacto (880 Hz), su tercer parcial una frecuencia de 1320Hz, y así suscesivamente.
Ahora bien, esto en el piano es solo así en teoría pues si nos tomamos el trabajo de medir las frecuencias de estos parciales encontraremos la sorpresa de que ellos no se responden a lo que la teoría predice sino que se encuentran levemente desviados, en más o en menos, de su valor esperado.
De esta manera, entonces, habíamos dicho que el piano es un instrumento INARMONICO. Esta conclusión, que generalmente asombra a los músicos, a profesores y a algunos técnicos de pianos con escasa formación académica, es un conocimineto de gran valía a la hora de comprender la capacidad sonora y musical del piano, como así también sus «distintos» y aceptables modos de afinación.

Gráfica que muestra la desviación inarmónica
de distintos tipos de pianos indicada en céntimos
Uno de los primeros efectos que infunde este problema en la afinación del piano, es que si, por ejemplo, se desea afinar una octava determinada (por ejemplo la que va de La3 a La4) en un modo puro, es decir haciendo coincidir sus parciales 2 y 1 (octava 2-1) se debe tener en cuenta la desviación del segundo parcial de una de sus notas.
Como ejemplo podemos decir que para afinar la octava mencionada, debemos hacer coincidir la frecuencia del segundo parcial de la nota La3 (440 Hz, en teoria) con la del primer parcial o fundamental de la nota La4 (440 hz). Ahora bien, si no hubiera desviación en las frecuencias de los parciales, la afinación de la octava sería fácil pues hay una coincidencia exacta entre los parciales correspondientes de cada nota. Pero en la realidad, encontramos que (por ejemplo) el segundo parcial de la nota La3 no está en 440 Hz sino levemente desviado y su frecuencia se halla en 440,9 Hz.
La solución que el afinador profesional brinda a este problema es la de ESTIRAR la octava. Es decir, aumentar su tamaño levemente para que el segundo parcial de la nota La3 sea exactamente 440 Hz. Esto lleva, como es evidente, a que la frecuencia del primer parcial de dicha nota no sea ya de 220 Hz sino algo menor.
En la afinación profesional de pianos, la técnica de estiramiento de octavas no puede ni debe dejar de usarse, pues con ella se logra la máxima perfomance sonora del instrumento en cuestión. Por este motivo es de suma utilidad que Usted como pianista o músico utilice los servicios de técnicos profesionales para pianos, que conozcan y hayan estudiado estos tópicos de tal manera de ofrecerle un mejor rendimiento a su piano mediante la afinación. La mejor manera de encontrar un técnico profesional de pianos es estudiar su currículum y observar si posee realizados estudios serios sobre la disciplina sobre la que se encuentra trabajando. Desconfíe siempre de los «técnicos» sin estudios y prefiera mejor a aquellos que han dedicado parte de su tiempo a estudiar y formarse para atender mejor los pianos de sus clientes.