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China: un ejemplo de formación de pianistas y de promoción del piano como instrumento musical

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Nadie ha estado prestando la debida atención a las recientes tendencias musicales en Asia, especialmente aquellas que se encuentran relacionadas con los pianos y la música clásica. Los chinos están enamorados del piano como instrumento musical y su música. Para los habitantes de la ciudad de Shangai, hasta los años 80 no había nada más excitante y seductor que un piano y, cuando una empresa japonesa divulgó los métodos de estudios de Suzuki, rápidamente hubo como un ejército de jóvenes violinistas en toda Asia. De acuerdo a algunas estimaciones, aproximadamente 15 millones de personas en China (la mayoría de ellos, menores) están trabajando y estudiando tenazmente para ganar un lugar dentro de este nivel altamente competitivo de concertistas de música clásica. Aquellos incapaces de pasar el examen de los nueve mejores conservatorios del país, optan por las escuelas privadas que están alrededor de toda la región.
Grupo de alumnos de violín que siguen el método Suzuki
La gran disponibilidad de pianos a la venta –un solo fabricante de pianos, Pearl River, tiende a despachar 280 pianos por día- también se enfoca en las aspiraciones de los padres de clase media, especialmente en un país que parece cumplir una política orientada a dar prioridad a la educación musical para los niños. Para esta gente, el incentivo que tienen de ver a sus hijos sentados frente a un piano no implica solamente el desarrollo de su habilidad artística sino en tener la posibilidad de producir excelentes demostraciones frente a varias personas. Los padres hacen mucho sacrificio para asegurarse de que su hijo sea muy bien educado. Mientras que el padre busca en todas las escuelas a los mejores maestros, la madre se sienta al lado de su hijo por 8 o 10 horas para ver su progreso. En algunos casos, la inversión no se completa ni da los resultados esperados. Paseando por las calles de Londres el último año, tuve suerte de conocer a uno de los mejores líderes pianistas de China, Dan Zhaoyi, también dueño de la Escuela de Arte Shenzhen en el sur de China, donde se formaron grandes pianistas profesionales, incluyendo al la joven estrella internacional, Yundi Li. Según Dan, los pianistas más talentosos de China típicamente comienzan a tocar el piano a los 3 años y pueden tocar los Estudios completos de Chopin a los 8 años y un concierto de Mozart de mediana complejidad a los 12. A los 18 años, cuando ya está graduado, el estudiante podrá tocar grandes conciertos de Franz Liszt y Rachmaninoff.
El pianista Dan Zhaoyi
Una Nueva Fuente de Orgullo Cívico Shenzhen es la mas reciente ciudad líder de China en temas económicos y también musicales y se ubica dentro de la zona económica experimental Deng Xiaoping, que no pudo ganar mucho en el pasado dentro del tema cultural, pero según Dan eso estaba actualmente cambiando. Bajo la responsabilidad del Gobernador Xu Zongheng, rápidamente obtuvo desarrollo para el arte cultural para su ciudad lo cual incluyó un nuevo museo y una una sala de conciertos. Fue idea de Dan el bautizar a Shenzhen como “la ciudad del piano”. El gobierno municipal aceptó el nombre, y ahora hay 93.760 versiones del instrumento y 13.077 maestros enseñando a 150.766 pupilos. Tres años después, durante la conmemoración de lo que hubiera sido el cumpleaños número 100 de Deng, las autoridades locales llamaron a 200 pianistas desde 8 años a 80 para tocar el “Feliz Cumpleaños” a su Santo Patrón.
Concierto multitudinario en la ciudad del piano: Shenzhen
Dan estaba inaugurando un concurso internacional de piano en la metrópolis; pero en oriente, dichos eventos eran frecuentemente considerados innecesarios o malos; sin embargo los asiáticos vieron a esta nueva audiencia como una clara muestra de desarrollo, con la oportunidad para diferentes pianistas de presentarse y tocar sus propias producciones. Este evento otorgaba un premio de 30.000 dólares y un lugar en la Sinfonía de la ciudad.La gala previa al concurso no fue nada ortodoxa ya que consistió en una serie de canciones y danzas sincronizadas, e incluían un grupo de pianistas de solo 5 años de edad que tocaron “Edelwiss” y terminó con cientos de bailarines bailando la “Oda a la alegría” de Beethoven. El concurso comenzó al día siguiente con dignatarios que presentaron un aire más solemne al concurso. Los jóvenes competidores se acercaron a los grandes conciertos como un atleta al triatlón y superaron una valla tras otra. Otra muestra del profesionalismo de los niños se demostró en el escenario. Un joven de 16 años del Conservatorio de Música de Shanghai con el cabello finamente recogido ajustó su asiento cinco veces. Acomodando su oscuro pelo cada vez, se relajó y meditó por breves momentos antes de comenzar a tocar cada pieza, cual un pianista internacional de larga carrera. Continua en la segunda parte del artículo sobre pianos en China.

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