Durante más de 100 años, Yamaha Corporation, que recientemente compró la fábrica de pianos Bosendorfer, creó pianos de acuerdo a los estándares más altos de calidad excepcional de sonido, mano de obra de precisión y con una belleza incomparable. En 1953, cuando Yamaha Corporation ya era un líder reconocido en la producción masiva de pianos de alta calidad, se inició un proyecto intenso de investigación para hacer un Piano de cola de alto nivel. Los investigadores de Yamaha se preguntaban: ¿Qué es un buen piano? ¿Cuáles son los requisitos para hacer un buen piano? Para responder a estas preguntas, se reunieron y analizaron varios cientos de miles de piezas de datos en relación con el sonido. En 1962, la investigación para la producción del Piano de cola avanzó a la fase de prototipo; el trabajo duro y los esfuerzos de excelentes técnicos resultaron en la producción del piano de cola modelo CFIIIS.

Finalmente, en 1967, los frutos de la tenacidad de de los investigadores y los técnicos se dio a conocer durante la Frankfurt Music Messe: el Yamaha Concert Grand CF y el Yamaha Conservatory Grand C3. Se celebraron exhibiciones posteriores en espectáculos musicales en Chicago, Nueva York y Tokio. Los nuevos y distintivos Pianos de cola de Yamaha de inmediato recibieron altas evaluaciones y elogios de pianistas célebres, directores de orquesta y de vendedores de pianos, mucho antes de que los pianos CF se utilizaran frecuentemente para los festivales internacionales de música y conciertos.
Hoy, sólo cuatro décadas más tarde, la exquisita seri CFIIIS de dos metros setenta de largo, el Piano de cola de concierto de Yamaha, es el Standard de oro de los instrumentos de concierto. Favorecido por destacados artistas, salas de conciertos, orquestas sinfóficas, festivales de música y por instituciones educativas de todo el mundo, es también el piano que eligieron en prestigiosos concursos de piano, como el International Chopin Competition y el Minnesota International Piano e-Competition. Los artistas de Yamaha, aficionados durante mucho tiempo, como Frederic Chiu Adam Marks, cantan sus alabanzas y bendiciones.
«El Yamaha CFIIIS es un instrumento maravillosamente elaborado», dice Marks. «Como pianistas, usamos al piano como micrófono para comunicarnos con el público. El CFIIIS transmite perfectamente lo que me imagino en mi cabeza y responde. Le da voz a mis ideas». En los últimos 40 años se desarrollaron muchas mejoras que mejoraron el perfil del Yamaha CFIIIS, aplicando mucho de los descubierto al Yamha Disklavier, y elevaron este instrumento hecho a mano al más alto «estándar de oro» de la excelencia.
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