• Home
  • Segunda parte de la entrevista a Franz Mohr

Segunda parte de la entrevista a Franz Mohr

3 comments

Esta es la segunda parte de una entrevista al afinador de pianos Franz Mohr. Si no ha leido la primera parte le sugerimos hacerlo en este enlace.

Franz sigue diciendo:
«Nosotros construíamos Steinways en dos fábricas, una en Hamburgo y otra en Nueva York, y hacíamos 13 pianos por día. Esa es la diferencia. Un piano Steinway se vuelve cada vez mejor debido a la calidad de la madera que usamos.

Mohr trabajando en un piano

En 1962, aceptaste un trabajo como técnico de pianos para Steinway & Sons en Nueva York. ¿Tuviste dificultades para adaptarte a la cultura americana cuando llegaste allí?
No, por supuesto que no. Nosotros nos enamoramos de América. Déjame contarte una historia: Yo había trabajado para muchos grandes artistas en Alemania y había afinado un piano para Rudolf Serkin allí y en América. La primera cosa que él me dijo, cuando lo visité en Vermont para trabajar en sus tres pianos de concierto, fue: “Franz, ahora que estamos en América donde las cosas no son tan complicadas. A partir de ahora puedes llamarme Rudy.” Hasta ese entonces siempre había sido “Profesor Herr».

Cuando su predecesor Bill Hupfer se retiró en 1965, usted tomó su lugar como principal técnico de pianos. En ese entonces, usted comenzó a trabajar junto a Vladimir Horowitz, con quien viajó y a quien le afinó los pianos hasta que murió subitamente en el año 1989. ¿Cómo fue Horowitz como persona?
Por supuesto, el fue muy difícil y tenía una personalidad muy compleja. Uno nunca sabía cuando iba a explotar y gritar, o lo que fuera. Tomó bastante tiempo hasta que nos volvimos realmente buenos amigos. Muchas veces, antes de un concierto decía, “¡Franz, aquí tu eres la persona más importante!

Horowitz fue un experto artista Steinway en Rusia cuando tenía 19 años. Cuando huyó de Rusia “con cien piedras en sus zapatos”, como el siempre decía, llegó a Berlín. E inmediatamente todas las compañías de pianos alemanas—Bösendorfer, Bechstein, Blütner—querían que él probara sus pianos para transformarse en sus principales proveedoras. Él probó todos ellos, pero no había ninguna duda que su mente estaba en Steinway.

Luego de su muerte, yo aún viajaba con su piano. Pronto, llevaremos el piano de Horowitz a Japón y yo iré con el.

¿Hubo alguien más que tocó en el piano de Horowitz?
En su tiempo de vida, sólo una persona. Ese afortunado fue Murria Perahia. El estaba atónito, por supuesto, de que Horowitz le dejara usar su piano. Pero luego de la primera pieza se acercó a mi y me dijo: “Franz, lo lamento, pero no puedo tolerarlo.”

Cada Steinway es diferente—se siente y suena diferente. Y cada artista tiene diferentes necesidades. Horowitz falleció y queremos enviar su piano a una gira. Pero yo estaba tan aterrado: ¿Quién sería capaz de movilizar ese piano? He tenido que cambiarle algunas cosas, pero la gente simplemente lo ama.

¿Qué se sintió viajar junto a Horowitz?
¡Oh, fue maravilloso! Horowitz sólo tocaba los domingos y los ensayos eran siempre los sábados, y el resto de la semana yo podía hacer turismo. Él decía, “Franz trae a tu esposa y a tus hijos, yo pago”. Yo sabía exactamente lo que él quería en su piano y fue una hermosa relación—yo era parte de la familia.

Ir a la tercera parte de la entrevista.

About the Author

Follow me


  • Horowitz es un ejemplo para mi. quiero tener su forma de pensar y adoptarla. es Increible lo seguro que se sentia en todo los campos y situacones. El señor afinador pues es un gran maestro y afortunado de estar al lado de el gran Horowitz

  • […] Esta entrevista a Franz Mohr se ha dividido en tres partes y esta es la tercera y última parte de la misma. Si no ha leido las partes anteriores le sujerimos leer la primera parte de la entrevista a Franz Mohr y luego la segunda parte. […]

  • {"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
    >