Explorar el mundo de los pianos de juguete es como caer a través de la madriguera del conejo. Así lo comprobé cuando hice una nota acerca de tres conciertos realizados este mes en donde Phyllis Chen tocará distintas obras para piano, especialmente de Bach y Rameau, en un piano tradicional de concierto, como parte la serie de música de cámara en sitios históricos organizada por la sociedad Da Camera.

Para poder tocar con un piano de juguete, Chen se sentará en el piso, al estilo Schroeder de Snoopy. Ella planea llevar su Schoenhut (el Steinway de los pianos de juguete, como han confirmado varios artistas) a un vivero pre-fabricado de cartón en Culver City. Su techo elevado y sus paredes están cubiertos de distintas capas de jeans rotos, pegados en paneles de fibra de vidrio hechos con cáscaras de girasoles molidas.
En mi narración, Chen menciona la «afinación rara» de los pianos de juguete. Esto forma parte del encanto del instrumento: cada uno suena distinto. Pero de hecho, los pianos de juguetes pueden ser afinados. En estos instrumentos, las teclas están conectadas a unos martillos que golpean unas varas de metal (en vez de cuerdas, como pasaría en un piano de adultos). Si las notas son más graves de lo que deberían ser, la vara afectada puede ser rellenada para corregir el tono. Si está demasiado agudo, se puede poner un poco de alambre de cobre alrededor del final de la vara. Una gota de pegamento sellará el sonido.
También ovacioné el disco de Margaret Leng Tan, «El arte de los pianos de juguete». Pero lamentablemente, no se encuentra disponible. Una aventura alternativa similar es el disco de Tan llamado «John Cage – Las Estaciones». Es la mejor introducción a la música de Cage e incluye su corta pero potente suite para piano de juguete de 1948.
Donde puedo conseguir la partitura de la suite de piano de juguete de John Cage.