La famosa pero debilitada fábrica de pianos Boesendorfer tendrá un nuevo dueño. La firma será vendida a un consorcio formado por Brodman Pianos, una fábrica local, excluyendo a la productora de pianos japoneses Yamaha, la cual había ofrecido una potente suma por Boesendorfer.
Brodman Pianos, al mando de un antiguo manager de ventas de la empresa Boesendorfer, pagó once millones de euros (16.100.000 millones de dólares) por la debilitada fábrica, dijo un reportero. En el año 2006 Boesendorfer reportó pérdidas de 2 millones de euros. Al momento de compra se estima que esa cifra debía estar por los 8 millones.
Diversos rumores consideran que la venta de la fábrica fundada en 1828 dará lugar a controversias en la cultura escénica de Viena, aumentando el miedo de que Austria estaría perdiendo otro de sus íconos culturales a causa de la globalización. Representantes del Staff han demandado garantías contra la producción subcontratada en el extranjero, enfatizando que un piano Boesendorfer debe ser producido exclusivamente en Austria, o pierde su estatus único.
[…] poco nos llegaba el anuncio de la venta de la fábrica de pianos Pleyel y ahora nos llega, via Pianored, el informe de la venta de Bosendorfer. Creo que esto es una buena noticia ya que si algunas […]
[…] favor dejadme vuestra opinión en los comentarios!! (y sobre todo v o s o t r o s, no tengáis pudor para la crítica, os prometo que no lloraré) Publicado el […]
Mis condolencias para la fabrica de Pianos Boesendorfer…
[…] nuestra reciente información sobre la venta de la fábrica de pianos Bosendorfer, podemos decir que Yamaha se convertirá en el nuevo propietario del famoso fabricante de pianos […]
a quien pueda responder mi pregunta cuanto puede estar costando un bosendorfer teclas de marfil, palo de rosa de media cola?
A través de los años y de los viajes, pude tocar diferentes pianos. Buenos, malos, mediocres, excelentes, todos de 88 teclas, tres pedales, verticales y de cola.
Solamente un piano me fascinó, el Bösendorfer, no puedo describirlo, es un sueño al alcance de los dedos. Si Austria se precia de su musicalidad, de su arte, de su estilo, etc., es hora de financiar la fábrica Bösendorfer para que no se pierda el ser de esos pianos.
Yamaha no puede ser «dueña» de Bösendorfer, Yamaha es una estafa, sus pianos suenan latosos.
Si los orientales protegen su cerámica, los europeos tienen que proteger a Bösendorfer.