Wilhelm Kempff

Wilhelm Kempff, uno de los pianistas más importantes del siglo XX. Nació el 25 de Noviembre de1895 en Jüterbog, Alemania y falleció el 23 de Mayo de 1991 en Positano, Italia. Encontró calidez en Beethoven dónde muchos otros descubrieron sólo estrés y pasión. Concentrándose en los compositores de finales del periodo clásico y de comienzos y mediados del periodo romántico, Kempff alcanzó elegantes y afables resultados sin desatender el tierno corazón de su música.

Su nobleza era evidente en todas partes, se manifestó a través de texturas lúcidas y a la adherencia a un legato fluido, y en la sombra tonal. Además, fue un compositor cuya obra incluye dos sinfonías, cuatro óperas, canciones, y trabajos para piano solo.

Entrenado al principio por su padre, un músico de la iglesia luterana, el jóven Wilhelm estudió privadamente antes de ingresar al Hochschule für Musik (Escuela de Música) en Berlín a los nueve años. En 1914, viajó a Potsdam para perfeccionar sus estudios en el Viktoriagymnasium antes de regresar a Berlín para finalizar su trabajo en el Hochschule y alistarse para la universidad.

A los 20 años, sirvió como organista y pianista en una gira por Alemania y Escandinavia en el Coro de la Catedral de Berlín. Un exitoso recital de piano en la Filarmónica de Berlín fue la primera de innumerables colaboraciones con dicho augusto conjunto. Durante 1920 y 1930, viajó por Sudamérica y Japón, al igual que por varias zonas de Europa, añadiendo a su reputación una inflexible relación musical y una agradable interpretación.

Al mismo tiempo, pensaba, servir primero como instructor en el Mamorpalais de Postdam durante la década anterior a la Segunda Guerra Mundial. Fue ésta quien lo mantuvo a él, y por tanto, a sus actividades confinados en Alemania, pero al finalizar la guerra, Kempff reanudó un ocupado programa de presentaciones.

Inglaterra y América lo oyeron sólo después de la guerra. En Londres, el público, incluyendo un gran número de inmigrantes alemanes, lo aplaudieron desde su aparición en el escenario. Recién en 1964, Nueva York oyó al pianista en persona, aunque para entonces sus muchas grabaciones alemanas ya habían establecido su calidad para los americanos.

Es más, la larga y confiable relación con el sello Gramophone ha llevado al mercado una extensa lista de atractivas grabaciones, entre ellas la obra completa de los conciertos para piano de Beethoven; las sonatas; una relajada, pero gratificante vista general de las sonatas para violín de Beethoven con Wolfgang Schneiderhan; y varias colecciones de Schubert, Schuman, Chopin y Brahms.

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